Proteger tu piel de los rayos UV es un paso esencial en cualquier régimen de cuidado de la piel, incluso durante los meses de invierno. La exposición prolongada a los rayos ultravioleta puede acelerar el envejecimiento de la piel y, más gravemente, aumentar el riesgo de cáncer de piel. Independientemente de tu tono, tipo o clima de piel, ¡siempre debes aplicar protector solar con algún nivel de SPF!